Coro 4 de abril de 2007 - 8,17.p.m.
Udefa casa Nazaret. Ambiente 1 en este salón impartí clases de Derechos Humanos el semestre pasado.
Ernestico era mi alumno, cuando veo el pupitre donde se sentaba regularmente siento una especie de melancolía, nostalgia y tristeza. Hoy estoy practicando la prueba escrita del segundo corte a los alumnos del cuarto semestre en la materia Derecho Constitucional II.
Tomo un papel y escribo lo siguiente. “Señor Dios Todopoderoso, Gracias por la vida, gracias por la luz de cada día, por cada amanecer, gracias por lo bueno que la vida me ha dado.
Gracias por haberme ayudarme a obtener esta profesión de abogado, a ejercerla, disfrutar de ella, vivir de ella, haber levantado junto a Leida mi familia con decoro y humildad.
Gracias señor por Leída, la mujer que me diste como compañera
Gracias por mis cinco hijos que me distes para el disfrute en su formación, educación y para el servicio a Ti a nuestra familia y a la sociedad.
Gracias Señor por tener hijos sanos, nobles, dulces, amorosos, humildes, responsables, humanos.
Gracias por haberme permitido el privilegio de haber sido el padre de Ernestico, gracias por permitirme disfrutar su compañía durante 17 años seis meses y tres días
Gracias señor por proveerme de madurez, inteligencia, fuerza, amor, comprensión para entender, asimilar, comprender mi dolor por la muerte de Ernestico,
Gracias Padre Amado para abrir un espacio en mi vida deshecha y meditar, perdonar, reflexionar que la vida es vida y es muerte y parte de la razón de nuestro ser es poder valorar estos extremos como misterios causa y sostén de lo que somos en la tierra
Gracias mi Dios por darme fortaleza para continuar viviendo, para entender, enfrentar y asumir mi dolor procurando una salida y un camino a la tranquilidad y la paz
Gracias Dios mío por haberme hecho entender la grandeza de tu existencia y la significación del amor por la vida y la realidad de la muerte
Gracias Dios santo, por haberme proveído de esta fuerza interior para prometerme a mi mismo buscar en lo más recóndito de mí ser la energía necesaria para soportar este acido dolor producido por la muerte de ernestico, para proponerme seguir adelante sin que su permanente recuerdo me lastime, ni me cause dolor o sufrimiento, al contrario sea un aliciente de esperanza, dulzura y comprensión y un bálsamo aliviante de fe y alegrías.
Gracias señor por que se que a pesar de mi desconsuelo, de mi adversidad, de esta profunda, dolorosa e inmensa herida cuento con tu apoyo y puedo ver el camino en la reconciliación con tu inmenso amor, con tu grandeza y decir por siempre que tú eres mi guía, que a ti te lo debo todo, que espero y confió en tu voluntad, que acepto que todo sea como tú lo decidas
Gracias mi Dios, hoy repito las palabras que te manifesté aquel trágico día del 21 de diciembre de 2007 cuando envuelto en el desconcierto, confundido, atormentado, casi sin esperanzas ni deseos de vivir te expresé mi voluntad de aceptar los hechos ocurridos y te pedí fuerza, valor, decisión, entereza para asumir, enfrentar y superar mi duelo.
Gracias señor, porque a pesar de lo lacerante de la herida no me he dado por vencido, y aunque por momentos puedo flaquear, tu presencia me fortalece y la esperanza me levanta.
Gracias mi Dios por Ernestico, por su pureza de alma que sé está a tu lado libre de peligros y gozando de la felicidad eterna.
Para finalizar mi Dios, perdóname todos mis pecados por acción u omisión, perdona mis palabras ofensivas, mis pensamientos equivocados, mis juicios de valor apresurados.
Protege a Leida, a mis hijos dadnos paz. Amor y sabiduría.
Padre eterno, gracias nuevamente por que me fortaleces y porque asumiendo la realidad de esta vida comprendo perfectamente que todo tiene su tiempo y que el amor que Ernestico nos profesó y el que nosotros le tendremos eternamente es mucho mas grande que mis debilidades y porque con tu apoyo, tus bendiciones, tu misericordia estoy plenamente seguro que junto a Leida y mis hijos Erick. Erley, Erdrick y Erile vamos a volver a vivir, iluminados por tu gloria, superaremos nuestra pena, encontraremos la paz aquí en la tierra y cumpliremos la misión que nos has encomendado.
Bendito seas Señor.
Gracias por todo. Amen.
Universidad de Falcón. Casa Nazaret, Ambiente Uno. Viernes 8.33.p.m.
sábado, 6 de diciembre de 2008
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